jueves, 20 de septiembre de 2007

Hay días en los que me doy vergüenza

Cerca de mi casa hay un psiquiátrico. Desde que tengo memoria dejaban salir a los internos un ratito todos los días a pasear solos por el barrio (a lso que mejor estaban, claro). Mi madre siempre me decía que no debía tener miedo, que no me asustara si les veía hacer cosas raras, porque había algo en su cabeza que no funcionaba del todo bien, pero no iban a hacerme daño (está claro que tenían mucho cuidado en no dejar salir a los que podrían resultar peligrosos)

Cuando cumplí diez años mi madre decidió que yo ya era mayor para coger el autobús al colegio yo sola (vivo en un barrio, y el colegio estaba en el centro). Uno de los internos (no pienso llamarles locos) estaba SIEMPRE en mi parada de autobús, paseando arriba y abajo yu contando algo que llevaba en su mano. No solía hablar con nadie, pero a veces se acercaba y te preguntaba qué autobúis debnía coger para ir a donde fuera. Cuando le respondías, te daba las gracias y seguía con sus paseos. Nunca cogía el autobús

El otro día le conté esta historia a un amigo, y me dijo que tenía entendido que ya no les dejaban salir. Me paré a pensar y me dí cuenta de que hacía muchos años que le perdí la pista al señor de la parada del autobús. La verdad es que no ocupó mi mente más de un par de minutos

Ayer le ví. Con la misma gabardina marrón gastada de hace diez años (bueno, más gastada), con la misma barba de tres días, más delgado y más encorvado, si cabe. Todavía se peinaba con la raya al lado. No estaba en la parada de siempre, pero llevaba algo en la mano que parecían monedas. Las iba contando

Pasé por su lado en una avenida poco transitada. Le miré y me pareció tan tierno como hace diez años. Cuando estábamos a unos cinco metros, me miró y se dirigió hacia mí. Yo me quité los cascos, me acerqué y le dije "dígame". No me dijo nada, ya no podía articular palabra. Una especie de gruñidos salían de su boca. Pero le miré a los ojos, y ya no eran serenos, como hace diez años. Ví todo el sufrimiento, toda la locura que ese señor arrastra, y sentí miedo. Irracional. Probablemente ni me vió, pero, tras esos instantes en los que el tiempo se paró para mí, volví a ponerme los cascos y seguí mi camino

Igual no encontraba la parada y quería pedirme ayuda

Igual no sabía qué autobús debía coger

Igual sólo me reconoció, como yo a él

Y yo seguí andando sin mirar atrás



Hay días que me doy vergüenza

15 comentarios:

mc fly dijo...

creo que no debes sentir ninguna vergüenza... simplemente hay veces que la vida nos da lecciones de maneras que no esperamos, y nos va diciendo cuales son las cosas que debemos valorar realmente y cuales no... yo creo que tienes buen corazón, y esto simplemente ha sido una manera de manifestarlo...

un abrazo.

SithWolf dijo...

igual no tenía prisa

SithWolf

Anónimo dijo...

Yo, sin embargo, pienso que es una historia interesante. Si lo ves otro día, siéntate y conversa con él. Esa historia podría tener mucha salida para que nos la cuentes xD
Yo me unía a toda la gente y en ese camino, tropecé con gente grandiosa que aportaron mucho a mi vida. No tengas miedo.

Besos malditos xD

Patricia dijo...

Asomarse a los ojos de un "loco" da vértigo, mucho vértigo... pero enternece tanto como asusta.

No te des vergüenza... probablemente para el señor de la parada del bus solo eras una loca asomándote a sus ojos, los ojos de alguien asustado ;)

Angel dijo...

Supongo que no has de tener vergüenza, tu diste el primer paso, le dijiste "Dígame", diferente hubiera sido que ya de primeras hubieses cambiado de acera o de camino. Nu se, tampoco hay que dramatizar la situación, probablemente hubiese hecho yo hecho lo mismo.

raquel... dijo...

Mcfly: muchas gracias por tus ánimos :-) Lo que pasa es que me dí cuenta de que, si alguien me hubiera dicho que pasaría, yo lo hubiera negado. En cambio actué de una manera que merece mi propia crítica

Sithwolf: que no tenía prisa???

Polvo eres: qué majo. Gracias. No sé si habrá más oportunidades, pero tienes razón en que sería una historia bonita que contar

Te reenvío los besos malditos :-P

La sonrisa: no se me había ocurrido que quizá se asustó más él que yo, si supo leer mi miedo... qué pobre...

Ángel: por supuesto que no es para dramatizar. Ya te digo que no sé siquiera si él me vió a mí. Creo que estaba muymuy lejos, dentro de su cabeza
Es más mi malestar. Pero pasa, pasa pronto :-)

UN MININO EN EL TEJADO dijo...

Ya, que a pesar de haber sido educados para temer lo desconocido, veces la conciencia sale a relucir, o sea que eso es bueno, algo es algo.
Aun asi yo hubiese salido pitando.

marmotilla dijo...

Joer, me ha entrado un desasosiego...

Anónimo dijo...

no actuaste de mala fe, a veces hacemos cosas que creemos que nunca haríamos pero los impulsos no los podemos controlar siempre, mal fondo no tienes, racionalmente quisiste ayudarle, lo de apartarte lo hiciste sin pensar "puro sentido de supervivencia animal", como cuando apartas la mano de algo que te quema en lugar de dejarla dónde está
bessos

Anónimo dijo...

muy bonita la historia¡¡¡ sabes? a veces creo que por muy 'valientes' y muy 'echados para alante' que queramos parecer, siempre nos queda algo de miedo hacia los llamados 'locos'. No sé por qué, me incluyo en el grupo. Quiero decir que siempre les he mirado con respeto rayano al miedo.

Que no se me malinterprete, nunca les he evitado, nunca les he hecho de menos, para nada. Es más, me gustaría escucharles atentamente, creo que la mayoría tienen una gran historia que contar. Quizá sea realmente miedo a esa historia que ellos tuvieron que enfrentar.

besos malditos¡¡¡

pd. no hace falta que me los devuelvas a mi jejejeje

nacha dijo...

Un post precioso
Creo que ante lo diferente todos nos sorprendemos

Brie dijo...

Lo que desconocemos nos suele dar un poco de miedo, no le des más vueltas... donde yo vivo también hay un psiquiátrico y antes también les dejaban salir, y me daban un yuyo... y ahora, jaté, estudiando psicología que estoy :D la vida da muchas vueltas, no?

Esther dijo...

Yo creo que es totalmente normal... si notaste algo "raro" el primer instinto fué el de supervivencia, el de ponerte tu a salvo
Luego ya tranquilamente lo has visto de otra forma, como una persona sensible, quizá hasta demasiado
Si es que se puede ser demasiado sensible
Besos

raquel... dijo...

marmota: ups, lo siento :-P

un minino y yaves: creo que básicamente fue eso, mi instinto de supervivencia. "Como cuando te quema y apartas la mano" (qué bueno) :-)

lenita: estoy contigo (una vez más): aunque tu instinto te haga apartarte, siempre queda la curiosidad de escucharles, de comprender un poco más cómo funciona la mente humana, y hasta dónde puede estropearla la locura

Pues te los devuelvo: BESOS MALDITOS!! :-P

nacha: Hola! bienvenida! me alegro de que te haya gustado la historia. Vuelve por aquí cuando quieras :-)

brie: a ver si vamos a ser vecinas!! jajajajaj. Por cierto, con respecto al tu comentario en mi post anterior, POR SUPUESTO que me comí la tortilla, pero he de decirte que antes pregunté y me dijeron que uno de mis compañeros de la mañana la había traído por su cumpleaños ;-)

esther: sí se puede ser demasiado sensible. No lo dudes. Te lo digo yo :-)

SithWolf dijo...

solemos valorar nuestro entorno con nuestros ojos, eso no es malo... es lo que es.

sentiste lástima y rabia por no haber pasado más tiempo con ese hombre, y te importaba lo que podría haber pensado de tí...

a lo mejor, simplemente, estaba ahí y no tenía nada mejor que hacer; no tenía donde ir, pero tampoco quería ir a ningún lado. Que hay mejor que no tener prisa!

Recuerdo un documental sobre Perú, una reportera estaba haciendo una entrevista a una mujer. Se le acaba de morir un hijo, y la reportera le dijo "lo siento mucho", la señora se la miró con una cara muy serena y le dijo "bah, no importa, ya se me han muerto cuatro".

solemos valorar nuestro entorno con nuestros ojos, eso no es malo... es lo que es.

...como he dicho antes :-D

SithWolf