jueves, 16 de agosto de 2007

Un autobús, un móvil y una adolescente

Tenía unos trece años. Pelo suelto, hasta los hombros, oscuro con mechas rubias, ni liso ni rizado, ese tipo de pelo que da mucha rabia a las adolescentes. Pantalón pirata vaquero, un poco grande, indicio de los cambios que sólo acaban de comenzar en sus caderas. Camiseta roja de algodón. Dos anillos de mercadillo, uno en cada mano, tan grandes que le impedían doblar los dedos con normalidad. Las uñas, largas y demasiado estrechas, excepto dos dedos de su mano izquierda, mordidos hasta el dolor, acomodados dentro de su boca, como queriéndose agarrar a algo. Pendientes, fabricados por ella o por alguna amiga, rojos como su camiseta y blancos como sus sandalias planas. Las uñas de los pies, rosa chillón con purpurina. No soltaba su móvil

Fue mi compañera en un viaje criminal en autobús de 9 horas y media. Ella se sentó a mi lado a mitad de camino. Viajaba sola, o no, porque su padre la llevó a la estación y la despidió con un abrazo de padre, correspondido por obligación. Subió al autobús y echó una breve mirada altiva a su progenitor, mientras éste alargaba el cuello para tirarle el último beso. No se lo devolvió. "Una chica independiente" pensé

Pero estaba equivocada. Su mirada, rebelde como sólo puede serlo la de una adolescente, miraba nerviosamente su móvil, comprobando si seguía encendido cada pocos minutos. Durante mucho rato intenté averiguar qué era lo que esperaba (la llamada del novio era mi primera opción) Al final, se desveló el misterio: su padre. Cuando sonó el teléfono, su cara se inundó de alivio, contrastando paradójicamente con el tono y el inmenso hastío del que llenó la conversación. No se despidió

Me gustaría creer que sonrió cuando colgó el teléfono, pero todavía le faltan algunos años para eso. Sólo suspiró, y guardó (por fin!) el móvil en su mochila de colegiala. Le perdí la pista en la estación, pero pude verla a lo lejos abrazada a la que bien podía ser su abuela

1 comentario:

Angel dijo...

supongo que es la típica adolescente que va de dura por la vida, pero que en el fondo no lo es tanto.... supongo que en algún momento, con mayor o menos intensidad, la mayoría hemos sido así... rebeldes, y no rebeldes way de esos de mierda, sino rebeldes de rebeldes.