martes, 3 de julio de 2007

Nunca el oxígeno estuvo tan caro


Aire. Aire de ese que te llena los pulmones y el estómago. Del que huele a hierba mojada. Del que te trae un poco de arena de la playa. Del que te alborota el pelo. Del que hace volar las cometas, y que las veletas de gallo den vueltas en los tejados. Aire con poder, que hace que dejes de andar al darte cuenta de que podría manejarte a su antojo. Del que mueve esos tremendos monstruos de los parques eólicos. Aire del que se lleva tus lágrimas. Del que te pone la piel de gallina cuando sales del agua. Del de los balcones del hotel una noche de verano. Aire del que te permite, cuando sueñas, darte un poco de impulso y echar a volar.

3 comentarios:

Unknown dijo...

y a cuanto está el kilo de tiempo??

raquel... dijo...

El precio es inversamente proporcional a tu serenidad, a tu capacidad pulmonar y a tu sentido de la responsabilidad.

El Oráculo del Sur dijo...

AIRE???
Aire es una cosa, y luego está lo que había hoy en la playa de San Juan...

Aire que vuela las sombrillas, aire que trae todas las algas de las profundidades del mar hasta la orilla, para que no te puedas bañar. Aire que vuela los gorros de las señoras y los periódicos deportivos de los señores; aire que te llena la boca de arena haciendote un peeling de lengua. Aire que deja el chiringuito vacío, y al guapo brasileño que lo regenta triste en su soledad. Aire que se cuela por las rendijas de la cremallera de tu bolsa de playa, para que al llegar a casa y sacar las cosas de ella, se te llene el suelo de arena como por sorpresa. Aire que se pega al bocata de tortilla para que mastiques tortilla con tropezones. Mmmmm...
Aire criminal.