El copiloto

Todo el mundo tiene un copiloto preferido, alguien con quien hablar cuando estás demasiado cansado para seguir conduciendo, o cuando crees que va a vencerte el sueño. Cuatro ojos ven más que dos.

Cualquiera puede ser tu copiloto en un momento dado, pero no todo el mundo está dispuesto a asumir la responsabilidad que conlleva: saber que el mapa lo llevas tú, y que el que conduce necesita de tu ayuda.

Pero la gente se cansa. Yo también prefiero ir cómodamente tumbada en el asiento de atrás, mirando el paisaje, escuchando música o echando una cabezada, interviniendo sólo cuando considero necesario en la conversación del asiento de delante.

Yo perdí a mi copiloto preferido la semana pasada. Ya está arreglado, pero se me quitaron las ganas de conducir.

PD: Frikis varios: escena de Grease. Danny Succo y Kenny. Carrera final, muy americana, para probar las hombrías respectivas contra el cara-cráter. Danny coge un dólar que la tonta de las tetas enormes (como se llamaba?) lleva en las tetas. Al agacharse, la puerta del coche le da en la jeta y no puede conducir. ¿A quién le corresponderá el honor? A Kenny (no sé si se escribe así), su copiloto preferido.

Sin él, nada hubiera sido lo mismo.