jueves, 29 de mayo de 2008

Y qué jodido es darse cuenta de que tú también te equivocas...

Hay una piedra en tu camino de Oz. Decides saltar. Porque no es muy grande. Porque siempre saltas las piedras que te encuentras. Porque...... total, por una piedra más no me voy a agachar a recogerla y sacarla fuera del camino. Y además, qué coño. Por mis cojones. Porque yo soy así y punto. Y al que no le guste que no mire.

Ves? Ves como tenía yo razón? Ése, ese que me decía que me quería. En realidad no hacía más que mentirme. Porque los sentimientos no pueden cambiar así. No puede ser que un día me quieras y al siguiente no

Siempre me pasa lo mismo. No quiero volverle a ver



Esta vez no es autobiográfico (esta vez no ;))

Pero qué pasa cuando la tortilla se da la vuelta?

Qué pasa cuando causas a otro (de manera inconsciente) el mismo dolor que antes se te ha causado a ti?

Te reafirmas en tu creencia de que tienes un imán para atraer lo malo?

O decides mirar a través de los ojos del que te hizo el daño que no te permite entregarte a nadie más?

Te das la oportunidad de comprender?

Somos capaces de ver que todos estamos hechos del mismo material?

Que no hay nada del todo bueno ni del todo malo?

Que no somos monstruos, porque ya tenemos bastante con ser personas?

5 comentarios:

Patricia dijo...

es que para entender las cosas hay que ponerse siempre del otro lado, dar la vuelta a la tortilla. Sólo viendo las dos caras de la moneda sabemos qué moneda es, o no? ;)

Me ha gustado tu última frase. Sembrada, has estado sembrada: no somos monstruos porque ya tenemos bastante con ser personas. Qué verdad es.

Veo que vuelves con fuerza, bien bien ;)

Besosss

Anónimo dijo...

No todo es blanco o negro, hay muchos grises y muchas veces es difícil distinguir, a mi hay veces que me cuesta mucho.

bessos

Angel dijo...

todos somos humanos, y en el algun momento de nuestras vidas hemos hecho daño o lo haremos es algo inevitable, lo importante creo es no hacerlo a mala fe. Son cosas que pasan, unas veces a nosotros, otras las hacemos. Asi son las cosas.

Anónimo dijo...

Uff¡¡ Pasopalabra en este post¡¡

No lo puedes evitar, lo de hacer daño digo. Yo por lo menos, pero por naturaleza impulsiva. Me lanzo de cabeza sin pensar, disfruto y luego me doy cuenta de que he clavado el aguijón. No es porq me hayan hecho daño a mí, ya no; tampoco es conscientemente; simplemente todos tenemos una parte buena y otra mala y mi parte maldita supera con creces a la otra.

No obstante estoy cambiando, poco pero estoy cambiando. ya no soy tan pasota, me preocupo por lo que puedan sentir los otros y abandono el barco antes de hundirlo.

besosssssss

Anónimo dijo...

Como solemos decir: cuando caminas en los mocasines del otro, no hay más que añadir.
Besotes.